Nuevas formas de planificar para las empresas
El concepto clásico de estrategia empresarial refiere a un plan que integra los principales objetivos y políticas de una organización, a la vez que establece acciones planificadas a realizar. Este nos decía que una estrategia debe ser racional y planificada al detalle, con metas y objetivos a diferentes plazos, con asignación de recursos, y con un plan de acción.
Esto quiere decir que mediante el uso de la inteligencia humana y el análisis de datos disponible a un grupo de personas, se debía trazar una ruta con objetivos definidos y pasos específicos para cumplirlos. Esto por supuesto, suponía también la necesidad de un cierto nivel de rigidez, así como de perspicacia para planear la trayectoria adecuadamente.
Sin embargo, la innovación disruptiva, por la cual obtenemos conocimiento de altísimo valor con soluciones de inteligencia artificial, y el uso de procesos “ilimitados”, no constituyen necesariamente una innovación planeada, y por ende la metodología clásica de estrategia no alcanza. Estos cambios estratégicos, comienzan generalmente a pequeña escala y luego ganan tracción en el tiempo y erosionan el status quo y el modelo de negocio.
En este nuevo escenario, no podemos tener una estrategia puramente racional y determinística, con acciones y metas detalladas. En su lugar, debemos optar por una estrategia flexible, medir y documentar toda acción y resultado.
Al mismo tiempo, no pensemos que lograremos tener una caja estratégica de respuestas para el CEO con las soluciones de inteligencia artificial, no es tan simple. Las soluciones necesitan ser adoptadas por los ejecutivos e incorporadas en el proceso de formular estrategias.
Es imperativo utilizar una metodología bastante diferente a la clásica. Para ello, la empresa debe incorporar los sistemas de inteligencia artificial en el proceso de toma de decisiones. Debe poder adaptarse con facilidad a los “insights” que recibe de la inteligencia artificial. Al analizarlos, podrá redefinir sus objetivos y encontrar soluciones más efectivas.
Esto supondrá un proceso de adaptación continua. Se debe poder cambiar el curso sobre la marcha. Actualizar nuestras estrategias conforme analizamos nuevos datos.
Esto nos generará un aprendizaje importante para toda la organización. También nos dará las pautas para escalar las soluciones reduciendo el riesgo elevado que se genera por utilizar este nuevo tipo de innovación del conocimiento.
Hoy por hoy, muchas empresas sumamente exitosas utilizan soluciones de inteligencia artificial para sus estrategias empresariales. Entre ellas se encuentran Amazon y Spotify, por ejemplo.
El caso de Amazon es interesante. Por un lado, el uso de inteligencia artificial les permite evaluar los hábitos de consumo de millones de personas. Así, pueden observar qué productos son los que mejor venden y crear estrategias de venta para ellos.
Por otro lado, esto también permite proveer sugerencias de compra especializadas a los usuarios. En una estrategia tradicional, sería imposible hacer un plan de publicidad específico por cada comprador. Sin embargo, con la inteligencia artificial se puede dar recomendaciones particulares. Esto eleva la probabilidad de que el consumidor encuentre productos en los que esta interesado en comprar.
Este tipo de estrategias van de la mano con lo que se conoce como Big Data. Lo importante es caer en cuenta de que estas estrategias no podrían ser abarcadas únicamente por la inteligencia humana. Solo con la ayuda de la inteligencia artificial, que puede procesar datos a un nivel superior, es que identificamos estas oportunidades.
Es de suma importancia poder sacar provecho de estos “insights”. En un mundo que evoluciona a velocidad, estas estrategias nos ayudarán a mantenernos competitivos.
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